miércoles, 13 de agosto de 2008

BOLIVIA RESISTE AL FASCISMO

Este domingo en Bolivia se llevó a cabo el plebiscito revocatorio en el que el Presidente Evo Morales, del Movimiento Al Socialismo (MAS), puso en juego su continuidad en medio de una convulsión social producto de la derecha fascista de la medialuna más pudiente que deslegitima al gobierno popular socialista e intenta derrocarlo de todas las formas posibles. El martes 5 pasado, la Presidenta Cristina Fernández y el Presidente venezolano Hugo Chávez Frías cancelaron sus visitas a Bolivia a pedido de Morales ya que ese día, dos personas resultaron muertas por enfrentamientos en Tarija. Desde que Evo asumió el gobierno en 2005, la “blanca” Bolivia se opuso a sus reformas para nacionalizar las riquezas del suelo y sobre todo por el reconocimiento al pueblo originario local que históricamente ha sido ultrajado, negado y hambreado y del cual el Presidente proviene. La medialuna oligarca conformada por Tarija, Pando, Beni y Santa Cruz es donde se concentra la mayor oposición al gobierno popular. Desde allí se llevan a cabo los sabotajes a actos del presidente a través del bloqueo de caminos y aeropuertos por donde él debe transitar. Este año, el gobierno denunció un intento de magnicidio por parte de dos jóvenes pertenecientes a la oposición. A los detenidos se les secuestraron dos rifles con miras telescópicas y municiones para esas armas, minutos antes del arribo de Morales al aeropuerto donde iba a dar un discurso. Grupos pertenecientes a la oposición han atacado a militantes del MAS, los medios de comunicación realizan una feroz campaña para erosionar la imagen presidencial, los grupos económicos han realizado varios lockouts patronales paralizando el país e incluso la medialuna más rica ha intentado separarse de la “Bolivia pobre, negra e indígena”. Según la Corte Nacional Electoral (CNE), sólo si el 53,7 por ciento votaba por el NO, el mandato de Evo hubiese sido revocado. El porcentaje es el mismo con el cual el Presidente fue elegido en 2005. Estados Unidos ha apoyado a la medialuna oligarca que se ha declarado autónoma a principios de año y también los gringos han dado asilo político al ex presidente Sánchez de Lozada, acusado de varios asesinatos cuando fue sacado del poder por el pueblo boliviano. Según varias encuestas, Morales obtuvo el 62 por ciento de votos favorables, incluso mayor a lo logrado al ganar la elecciones. Esto ha sido un golpe muy fuerte a la oposición. Lo que ocurrió en Bolivia este domingo fue una prueba de legitimación de un gobierno que es legitimo por donde se lo mire, claro, salvo que esa mirada provenga de sectores concentrados de la economía “medialunista” o de la siempre omnipresente mirada yanqui.

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