jueves, 7 de abril de 2011

PROSTITUCIÓN Y TRABAJO SEXUAL

"Laura tiene 15 años, pero se hace llamar Yesica y dice que tiene 17. Vive con su mama, que trabaja desde la mañana hasta entrada la noche, y con su abuela que cose para afuera. Laura no conoce a su papá y no tiene hermanos, aún no terminó la secundaria. A veces se hace “la rata” y va a la Plaza. La plaza se llama Miserere, pero le dicen Plaza Once.” Plaza Miserere está a pocos metros de la Estación de trenes de la línea Sarmiento, y a sus alrededores muchos ómnibus y colectivos tienen sus terminales. También es conocida por ser un espacio multicultural donde se cruzan y se encuentran desde ocasionales transeúntes, vendedores ambulantes, pastores evangelistas. Familias en situación de calle, taxi-boys (prostitutos masculinos) y las clásicas prostitutas del Once. Las dominicanas y las argentinas. Una reciente investigación de la Organización Internacional para las Migraciones revela que la trata (secuestro y esclavitud) de mujeres crece en Argentina. La complicidad policial y política, más la falta de acciones orientadas perseguir y castigar este delito contribuye a este crecimiento. La metodología de los secuestros, el engaño, los golpes y amenazas de los proxenetas; las torturas físicas y sicológicas las conviertan en una mercancía. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuenta con un represivo código de convivencia que penaliza la prostitución callejera. Pero no sólo en el centro del país hay represión a la prostitución, en varias provincias existen códigos de faltas que penalizan esta práctica. En 1949 nuestro país firmó el Convenio para la Represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena. Al refrendar este convenio, se convirtió en un país abolicionista. Esto significa que no condena la prostitución, sí su explotación, y se compromete a generar políticas públicas y sociales para abolirla. Aún así la prostitución crece bajo el amparo del patriarcado (sistema social que pone al hombre como líder sobre los demás miembros de la sociedad) y el sistema capitalista que legitiman la explotación y la opresión de los hombres sobre las mujeres. Muchas mujeres, niñas y adolescentes son engañadas o forzadas a golpes y torturas a prostituirse. Para Marta Fontela, miembro de la campaña Ni una víctima más de las Redes de Prostitución el "Estado argentino garantiza el negocio de la trata de personas" ya que la promulgación de la Ley 26364 que el ejecutivo aprobó mediante el decreto 729 firmado por la presidenta Cristina Fernández, el 30 abril de 2008, convierten al país en un “paraíso para todos aquellos que trafican con personas” afirmó. Además declaró: “Estamos en contra de esta Ley porque las victimas mayores de 18 años deben aportar pruebas para demostrar que han sido violadas, apretadas, abusadas, violentadas para probar el delito…” Las víctimas deberían probar frente a los proxenetas, quienes tienen poder un económico absoluto, conexiones con políticos, jueces, policías, que esta violentada en todos sus derechos y destruida física y mentalmente, que el proxeneta la violó, secuestró y engañó. Algo Imposible” “ La Ley tiene la menor pena en América Latina, 3 años para este delito grave, excarcelable entre otras sorprendentes, por no decir ridículas, medidas". Desde la organización piden a las autoridades que : No distinga entre victimas menores y mayores de 18 años y no se presuma que las mayores de 18 años consintieron su propia explotación. Que considere como agravante y aumente las penas cuando las víctimas sean menores de 18 años o hayan sido víctimas de engaño, amenazas, secuestro, aprovechamiento, etc. Además que se establezca penas no excarcelables en casos de victimas mayores de 18 años y que se establezcan políticas públicas efectivas de prevención, protección y asistencia a las víctimas. Los crímenes deberían ser considerados de Lesa Humanidad para que no prescriban, pero al tener (los responsables) entramados con relaciones del Estado es muy difícil conseguir que se pene realmente el delito. Todos los proxenetas, tratantes y esclavistas quedan despenalizados cuando las víctimas son mayores de 18 años”. Las mafias de la prostitución y la trata de personas se cobran muchas víctimas, como por ejemplo el caso Sandra Cabrera de 33 años, quien era Secretaria General de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices Argentina-Rosario, quienes se reivindican como trabajadoras sexuales) Junto a sus compañeras estaban denunciando a policías corruptos que les pedían dinero para dejarlas trabajar. A fines del 2003, Sandra realizó una denuncia por amenazas, y desde ese momento se le dio custodia policial en su domicilio. En diciembre del mismo año fue golpeada dentro de su casa con la custodia en la puerta. El 27 de enero de 2004 su cuerpo fue encontrado con un disparo en la nuca y con signos de haber sido violada, cerca de la terminal de colectivos de la ciudad de Rosario. Terminal de ómnibus como los que hay en la Plaza Miserere, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La plaza Once. La plaza donde va Laura la chica de 15 que dice tiene 17. La plaza de las prostitutas y proxenetas. Ese lugar al que no puede dejar de ir, porque siente el deber de cuidar a su mamá que "trabaja" con las dominicanas. HORACIO CEPEDA

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