jueves, 26 de junio de 2008

“DARIO Y MAXI NO SON NADA”

Un nuevo aniversario del brutal asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en la ex estación de trenes de Avellaneda, a manos de las fuerzas represivas del Estado, en aquel momento guiadas por el ex senador Eduardo Duhalde, quien estaba a cargo del Poder Ejecutivo Nacional. Un nuevo año sin Justicia, ya que si bien se condenó a uno de los principales responsables materiales, el ex comisario Franchiotti, éste gozó y goza de privilegios como salidas fuera del Penal de Marcos Paz, como se hizo publico en su momento y está en un pabellón aparte, alejado del resto de los presos comunes y atendido con sumo cuidado por sus compañeros policías. Quien no fué juzgado es el autor intelectual del asesinato de los dos jóvenes: como se sabe, dentro de las Fuerzas Armadas, el sistema de cumplimiento de las ordenes es totalmente verticalista, por lo tanto nadie que esté un eslabón por debajo, actúa sin orden de su inmediato superior. Quien estaba a cargo de la presidencia del país en ese momento era Duhalde y por lo tanto él era el jefe de las FFAA. , e indudablemente desde ese pedestal partió la orden homicida. Los días previos a la Masacre (Social) de Avellaneda, desde todos los ámbitos se pedía por “orden”: el país no podía verse obstruido en sus rutas y poder circular era más importante que el hambre que esos cortes denunciaban. Desde las Empresas de Noticias (diarios, tv, radios, etc.) se intranquilizaba a la gente y se imploraba mano dura para “encarrilar” el país. Hoy día se hace imposible no hacer una comparación con el conflicto de los patrones del “Campo”, quiénes tienen una rentabilidad escandalosa y como nadie jamás en este país, extorsionaron durante mas de cien días a toda la población y de parte del Estado, hoy conducido por la Presidenta Cristina Fernández, lo único que se hizo fue enviar a Gendarmería Nacional a empujar y detenerlos por unas pocas horas. Hoy las Empresas de Noticias hablan de la “gente”, “ciudadanos en las rutas”, mostrando sin ningún tipo de disimulo a que sector representan. Hoy la “gente” sale a la calle con su cacerola de teflón a reclamar por los patrones agrarios pero esas mismas ollas no se escucharon cuando ambos jóvenes fueron fusilados en la estación. Aníbal Verón, Teresa Rodríguez, Carlos Fuentealba, Jorge Julio López aún desaparecido y tantos y tantas por los cuales no se cacerolea en las calles ni se reclama en los medios masivos de comunicación. Un nuevo año de injusticia, un nuevo año de dolor y para una parte de la Sociedad (Suciedad), Darío y Maxi no son nada. FOTO: FELC

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FELC

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